No hay nada más beneficioso que dotar el interior de nuestra casa con vegetación. Está comprobado que las plantas de interior, además de agrandar los espacios, reducen los niveles de CO2, incrementan la humedad del ambiente, reducen el polvo del hogar en casi un 20%, disminuyen el estrés y brindan armonía y serenidad al cuarto. ¡Son muchas razones como para no tener la compañía de alguna planta en la cocina o en tu propio dormitorio!
Sin embargo, muchas mujeres se rehúsan a integrarlas como parte de la decoración porque desconocen los cuidados y las recomendaciones necesarias para hacerlo. Por esto te daremos algunas reglas básicas que debes tomar en cuenta al momento de comprar y cuidar tus nuevos arbustos. ¡Ya no hay excusa!
Vamos de 'shopping'
Al momento de comprar, procura hacerlo en un vivero o establecimiento especializado en plantas, donde puedas ver que las mantienen en las condiciones ideales. Cuando escojas la especie que quieres llevarte a casa, piensa en las condiciones de luz, temperatura y humedad que tiene la habitación donde vayas a ubicarla. Si escogiste una planta con flores, procura que menos del 15% de los capullos estén abiertos y que los restantes estén bien formados. Por último, revisa que sus raíces estén bien afianzadas en la maceta, no importa si son muchas o pocas.
Cuidados
La mayoría de las plantas de interior mueren por falta de luz y de humedad ambiental, así que procura estar atenta a ambos factores.
¿Cada cuánto tengo que regarla? Esto es un proceso de observación. Tendrás que conocer la planta. Cuando las hojas están sin brillo y amarillentas, es porque tienes que regarla más seguido. Además, procura que el agua que le proporciones esté a temperatura ambiente.
¿Tengo que podarla? En realidad a las plantas de interior solo se les hace un recorte de las hojas secas y se limpia la superficie sobre la que están creciendo. No debes cortar tallos. Una ayuda extra: se recomienda fertilizar o abonar la tierra. Puedes optar por fórmulas naturales.
¿Qué hago si se enferma? Es común que esto ocurra, más en los cambios de estación. Lo mejor es que lleves una hoja al vivero y preguntes sobre el estado de la planta. Dependiendo de la peste que tenga, te dirán si debes fumigarla.
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