Por falta de espacio, en las grandes ciudades adoptaron una nueva modalidad de hacer jardinería: espacios para cultivar plantas sin necesidad de suelo. Se llaman jardines verticales y son unas de las últimas tendencias en destinos como Buenos Aires, México D.F., Bogotá y otras urbes.
¿Qué son?
La idea principal es poder tapizar muros o paredes con plantas que pueden crecer en distintos tipos de cultivos. Existen dos grandes clases: los hidropónicos y los de sustrato. Los primeros son aquellos en los que las raíces de las plantas pueden crecer en un medio sin vida como lo es, por ejemplo, el polietileno. Los segundos son aquellos en los que las raíces crecen en un medio artificial (armado) con un porcentaje orgánico elevado.
Cómo funcionan
Los jardines verticales están conformados por dos partes: el jardín y el sistema de riego. Este último es de suma importancia, ya que a través de él se aportarán los nutrientes necesarios para las plantas. Por lo general, las estructuras de estos jardines están hechas de metal o de PVC. El riego se provee en la parte superior del jardín y luego, por gravedad, el líquido baja por el sustrato o los fieltros. Estos últimos son otra parte importante, el fieltro es el material que se encarga de anclar las raíces y por lo general está hecho de fibras textiles.
La buena noticia de este tipo de sistema de riego es que al final en los jardines verticales se arma un circuito de colección de agua para poder reutilizarla. Este por lo general está impulsado por una bomba de recirculación.
La instalación de todo el sistema que acabamos de describir es aislada de las paredes, por lo tanto, podrás incluir este tipo de jardín tanto en exteriores como interiores.
En un jardín vertical podrás utilizar varias especies de plantas, pero todas deben tener la característica de necesitar poco sustrato. Algunas de las más utilizadas son las epifitas, musgos, líquenes, orquídeas, helechos (helecho serrucho) y bromelias, también llamadas plantas aéreas.
Hay especies específicas, que además ayudan al mismo sistema por sus cualidades. El culandrillo, por ejemplo, aporta a la sanidad del sistema, ya que si esta especie se encuentra bien, eso quiere decir que el sistema está en equilibrio. Hay algunas que aportarán textura, como las crasulas, los kalanchoes, los sedum y las echeverias. Y otras: los malvones, las tulbalgias y los geranios.
Debes tener en cuenta que la selección de especies que realices la tendrás que hacer en base a la temperatura del lugar, la incidencia de la luz, la humedad y exposición al viento. Lo mejor será asesorarte con un experto o en un vivero de tu localidad. Las plantas que coloques no se pueden cambiar, así que ¡asegúrate de elegir bien!
Beneficios
Como cualquier planta, estos jardines recuperan oxígeno, atenúan los ruidos de la ciudad, capturan y limpian de “smoke” el aire y neutralizan los gases nocivos.
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