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Imagina que un libro te destruye la vida, que coarta tu libertad, pone en peligro a tu familia y amigos, que te obliga a vivir oculto, en una casa distinta con escoltas que de pronto se convierten en tus mejores amigos, en tus aliados, tanto así que terminas dedicándoles uno de tus libros, porque a fin de cuentas gracias a ellos continúas con vida y haciendo lo que más amas, escribir.
Roberto Saviano empezó escribiendo en revistas y periódicos, en el 2006 salió publicado su primer libro “Gomorra”, el que le ha valido muchas críticas, pero la peor de todas, la amenaza de muerte por parte de la camorra, es decir, la mafia italiana sobre la que escribe contando todos los detalles sobre sus operaciones delictivas y aportando nombres de los criminales más peligrosos de la misma.
Años después del éxito de Gomorra, Roverto Saviano ha explicado en varias entrevistas sobre la encrucijada en que se ha visto envuelto, hacer lo correcto y enfrentarse a la mafia o dejar que todo siga su curso y mirar para otro sitio, una decisión que no se puede tomar muy a la ligera.
Rabia, miedo o impotencia son algunas de los sentimientos que puedes experimentar mientras lees “Gomorra”, no puedes sentirte indiferente al ver cómo la violencia hace estragos en la sociedad, ya no hablamos solamente de Italia, las organizaciones delictivas están en todos los sitios y de una u otra manera nos volvemos parte de ellas. ¿Necesita el mundo muchos Savianos? Y en este sentido no me refiero al autor atrevido que escribe sobre temas polémicos, pero sí al periodista que logra que un viejo tema vuelva a ser cuestionado y que se obsesione a tal punto con su trabajo que transgreda la línea de lo profesional e influya su vida personal.
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