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Al menos tres especies de hongos enfermaron a los árboles de marañón en Panamá y otros países, aunque el panorama fue desalentador durante años, la naturaleza está dando la batalla y algunos han resistido. El fruto se ha vuelto valioso.
En la comunidad de Buen Retiro en Antón, provincia de Coclé, una familia ve con esperanza los frutos de dos árboles de marañón que destacan durante este mes de abril de 2021. El panorama se vuelve alentador, cuando la mayoría de los árboles del gran patio y terrenos circundantes perecieron en los últimos años, presa de un hongo que ha arrasado con gran parte de estos árboles en todo el país.
El biólogo Rito Herrera forma parte de los investigadores del Instituto de Innovación Agropecuaria de Panamá (Idiap), quienes han estudiado de cerca la muerte de los árboles de marañón y que, luego de muchas pruebas, se determinó que en el caso de Panamá, los hongos o agentes causales son los denominados científicamente como colletotrichum gloesporoides, pestalotia heterocornis y lasidiodiplodia theobromae.
Explicó Herrera que entre los años 2018 y 2019 lograron identificar los hongos que enfermaron a los árboles de marañón. Se realizaron experimentos hasta encontrar que estas especies coincidieron con tres de las que afectaron también plantaciones de marañón en Guinea Ecuatorial en África y que como son zonas que están más o menos en el mismo paralelo (Neotrópico), han sido afectadas igualmente.
La investigación incluyó también, a través de una empresa de Brasil, país que también ha sido afectado por la enfermedad, la adquisición de material resistente al hongo, pues los árboles panameños, por lo menos los de la región del pacífico, han sido susceptibles a este, pero la pandemia por la COVID-19 no lo ha permitido. “El año pasado, el ingeniero Melvin Jaén, quien dirige el proyecto del marañón en el Idiap tenía que ir a Brasil a intentar obtener algunas variedades que fueran resistentes a estos hongos, porque en Brasil se ha estudiado y logrado algunas variedades que son resistentes a la enfermedad, pero por la pandemia no se concretó”, lamenta.
Según el último censo que se hizo de los árboles de marañón, había más de 900 mil árboles, pero como estos son silvestres, se vuelven un organismo único, no obstante, dentro de ese montón hay algunos que son resistentes a la enfermedad, la mayoría pereció. Sin embargo, llama la atención que en los árboles de marañón de la provincia de Bocas del Toro no se ha encontrado la enfermedad.
“Parece que esos árboles allá no sufren la enfermedad que nosotros vemos en la vertiente del pacífico, donde la mayoría estaban enfermos. Yo recorrí Coclé, Veraguas, Herrera, Los Santos y no vi ni un árbol que estuviera completamente sano”, afirmó el investigador.
Dijo el especialista que están próximos a publicar material relacionado a las investigaciones sobre el marañón, que incluye información del doctor Luis Mejía del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat-Aip).
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La naturaleza muestra su poderío
“En este momento usted observa que los árboles se están recuperando poco a poco, los seres vivos tenemos una practicidad enorme y quizás podríamos decir que se han adaptado y poco a poco ir superando la enfermedad”, sostuvo Herrera.
En ese sentido, ejemplifica que en la naturaleza sobrevive el más fuerte y el que no se adapta muere y probablemente debido a la presión de la enfermedad, se haya hecho un tipo de selección natural y los árboles de marañón que se ven por allí son los que resultaron resistentes al hongo.
Aunque todavía la enfermedad está presente en los árboles de marañón, porque la producción no es plena, a diferencia del 2019 cuando se tuvo los últimos reportes, ha evolucionado positivamente.
Herrera explica que el hongo se manifiesta como manchas anaranjadas o negras que empiezan en las hojas y se extienden por todo el árbol. Este pudiera ser combatido rociando un fungicida, pero no es viable rociarlo en todos los patios donde hay, porque son muy fuertes para el ser humano y se convertiría en un problema de salud pública, pues se salvaría el marañón, pero afectaría a las personas.
La tarea de los investigadores sobre el marañón no termina. Lo que se quiere ahora es buscar variedades que sean resistentes a esta enfermedad, “sería interesante marcar los árboles que se han recuperado para ver su evolución”, adujo Herrera. Y basándose en el caso de Brasil donde la producción de marañón es más comercial e industrial que en Panamá, donde este forma parte de los patios de las casas, esperan tener un panorama más claro para seguir la ruta de trabajo en el istmo.
Mientras tanto, personas en sus casas y programas de reforestación que se realizan en todo el país incluyen entre sus siembras plantas de marañones con el fin de recuperarlos. De hecho, según información del Ministerio de Ambiente, este año en la provincia de Herrera se trabaja en la producción de 60 mil plantones de especies maderables, ornamentales y frutales en la que se incluye el marañón, esto forma parte del Plan de Reforestación 2021.
Beneficios
Al consultar literatura sobre las bondades del marañón, se detalla que este tiene grandes beneficios para la salud pues es rico en vitaminas A y E, antioxidantes, grasas saludables, minerales como hierro, zinc, magnesio y selenio que además de prevenir la anemia, mejoran la salud de la piel, el cabello y las uñas. También su consumo permite fortalecer el sistema inmunitario, prevenir la osteoporosis, prevenir y tratar la anemia, reducir la presión arterial, reducir el azúcar en la sangre, entre otros.